Son varios focos rojos que de no atenderse, provocarían fracturas a toda la administración municipal.

opinión:

Oscar Leggs Castro se encuentra a ocho meses de la administración, en la disyuntiva entre mantener un equipo que funciona a fuerzas con serios riesgos de rompimiento y el de terminar con los compromisos de campaña y remover de la responsabilidad a varios servidores públicos, algunos de primer nivel, ante la escalada de belicosidad entre dos grupos que intentan hacerse del poder, a pesar de la máxima autoridad municipal, lo que podría salpicar de manera violenta (políticamente esperemos) al titular del gobierno de Los Cabos

Los mensajes cifrados del alcalde han sido varios; los acercamientos propuestos por el mismo para arreglar las diferencias también han sido varios y en algunos casos funcionaron, pero solo dieron resultado en aquellos que ponen por delante el proyecto en su conjunto, los cuales decidieron actuar de manera responsable y madura dejando para después las cosas personales y enfocarse en el trabajo de equipo, ya que saben que lo que afecta al líder, le afecta al grupo en su conjunto y lo que salga bien, beneficia al equipo en su totalidad, además sin dejar de lado lo más importante que es cumplir con la sociedad, teniendo esto efectos invariablemente a favor para el desarrollo político del grupo.

Dicho lo anterior, Oscar Leggs Castro ya está evaluando llevar a cabo varios cambios. Estos podrían darse antes del primer informe de gobierno, dando incluso un último periodo de prueba a los aludidos en cuestión, quienes en palabras del alcalde, quieren dividir al gobierno en sus aspiraciones personales, exigiendo a sus pares definiciones de grupo, lo que provoca división y juego sucio, poniendo en riesgo lo logrado en los primeros meses de gobierno.

La gran duda será, a quien decidirá remover el presidente? Podrá prevalecer el frágil equilibrio de fuerzas? Esta decisión sin duda beneficiará a alguno y debilitará al otro. Última llamada, será tiempo de definición /\